diciembre 6, 2024

los actores de la región no apuntan a una ‘guerra total’


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Foto: AFP.

A casi 90 días del ataque del movimiento islamista palestino Hamas a Israel, que derivó en un nuevo estallido de violencia en la Franja de Gaza, diversos actores internacionales han participado en el conflicto que desbordó la frontera del enclave palestino, pero esas intervenciones apuntan más a un escenario de «conflictividad permanente» antes que a una confrontación «abierta» con alguno de ellos o «una guerra total», según apuntaron analistas a Télam.

Desde que estalló el conflicto, milicias proiraníes de Irak y Siria han atacado territorio israelí y objetivos de Estados Unidos en Medio Oriente, algo que también han hecho el movimiento islamista libanés Hezbollah, en la frontera norte de Israel, y los rebeldes hutíes de Yemen, en el borde sur.

Según dijo esta semana el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, el país combate «en una guerra en varios frentes«, entre ellos, Gaza, Líbano, Siria, Cisjordania, Irak, Yemen e Irán, y aseguró que cualquiera que actúe contra Israel «es un objetivo potencial».

«Hay que cambiar la forma de ver estos focos en Siria, Irak, Israel, Palestina… que no estalle un conflicto grande no significa que no haya un conflicto regional funcionando. Que Irán no le declare la guerra abiertamente a Israel no significa que no existe un conflicto que ya se está desarrollando»Mariela Cuadro

La expectativa de que se produzca una escalada regional ronda el conflicto desde el mismo 7 de octubre, cuando Hamas atacó el sur de Israel y mató a 1.200 personas y secuestró a unas 240, entre ellos una veintena de argentinos.

La hipótesis de la intervención de nuevos actores internacionales se incrementó con la ofensiva que impulsa Israel en Gaza, que ya dejó más de 21.600 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud del enclave gobernado por Hamas.

Para la especialista en Medio Oriente Mariela Cuadro, antes que esperar una confrontación o declaración de guerra «abierta» entre dos Estados, que marcaría un «episodio», lo que se ve en la región son «conflictos permanentes».

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«Hay que cambiar la forma de ver estos focos en Siria, Irak, Israel, Palestina… que no estalle un conflicto grande no significa que no haya un conflicto regional funcionando. Que Irán no le declare la guerra abiertamente a Israel no significa que no existe un conflicto que ya se está desarrollando», dijo a Télam la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

«Así vienen funcionando los conflictos internacionales, al menos desde la ‘guerra global contra el terror'», impulsada por Estados Unidos durante la administración de George W. Bush, analizó.

Según Meir Javedanfar, docente especialista en Irán y Medio Oriente en la Universidad Reichman en Israel, «el régimen iraní está ayudando a Hamas» desde distintos frentes, pero, a la vez, «está intentando evitar una guerra grande».

«Para desviar o reducir el nivel de intensidad de los ataques de Israel contra Hamas, Irán está para ayudar a Hamas», señaló el integrante del Middle East Institute de Washington.

Irán avanza con esa estrategia, según Javedanfar, porque teme que si Israel logra su objetivo de «eliminarlos», podría perder Gaza como una plataforma para atacar al país hebreo.

«Para desviar o reducir el nivel de intensidad de los ataques de Israel contra Hamas, Irán está para ayudar a Hamas»Meir Javedanfar

Sin embargo, el objetivo de eliminar por completo a Hamas no es visto por algunos especialistas como una posibilidad real en un conflicto que tiene como trasfondo la ocupación israelí de los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este, y el bloqueo de la Franja de Gaza.

Los tres territorios son reivindicados por los palestinos y reconocidos internacionalmente para formar su Estado.

«Eso es imposible y, aun en caso de que lograra matar a todos sus integrantes, podría aparecer algo peor, porque no se solucionan así estos problemas», dijo Cuadro.

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Para Javedanfar, los iraníes no quieren «una guerra total contra Israel», porque esto podría afectar a sus aliados en la región y, en última instancia, afectar sus propios objetivos.

En esa línea, «si el Ejército israelí destruye los misiles de Hezbollah en el Líbano, el programa nuclear de Irán va a estar expuesto a ataques israelíes», y si la guerra en Gaza termina pronto, Irán podría ser el próximo objetivo de Israel, estimó.

El ministro Gallant ya mencionó a Irán cuando habló de los ataques a su país desde distintos frentes y aseguró que el Ejército de Israel «ya ha respondido y actuado en seis de estas áreas».

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En otras declaraciones recientes, funcionarios israelíes aseguraron que buscarán a los responsables y cómplices del ataque del 7 de octubre en cualquier parte del mundo.

Un ejemplo de ello se produjo esta semana, luego de que un alto cargo de la Guardia Revolucionaria iraní muriera en un bombardeo israelí en Damasco, Siria.

«Israel parece dispuesto y deseoso de hacerlo y porque la diplomacia y la disuasión de Estados Unidos corren el riesgo de perder fuerza»Emile Hokayem

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, prometió vengarse por la muerte de Razi Moussavi, una figura cercana al antiguo jefe de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani, muerto en 2020 en un bombardeo estadounidense en Bagdad, Irak.

Para Javedanfar, «Israel está dispuesto a llevar acciones militares contra Irán, tanto con operaciones de (la agencia de inteligencia israelí) Mossad dentro de su territorio, como contra fuerzas iraníes en Siria y en otras partes del mundo», como sucedió con Moussavi.

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Según Cuadro, es realista pensar que los iraníes buscarán esa anunciada venganza, pero más bien «simbólica», tal como fue la reacción iraní al asesinato de Soleimani por parte de Estados Unidos: «Fue un ataque a una base estadounidense, pero con previo aviso».

Si, como señalaron los especialistas, los actores apoyados por Irán no tienen incentivos para escalar el conflicto, la pregunta que surge es si Israel coincide con esa idea.

Para el director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) con base en Londres, Emile Hokayem, las perspectivas de una guerra entre Israel y Hezbollah eran bajas a principio del conflicto en Gaza, porque Irán y los islamistas libaneses estaban «poco dispuestos y disuadidos», pero ahora estas posibilidades «son altas».

En gran parte, «porque Israel parece dispuesto y deseoso de hacerlo y porque la diplomacia y la disuasión de Estados Unidos corren el riesgo de perder fuerza«, dijo Hokayem en su cuenta de la red social X (antes Twitter).

Estados Unidos, como muestra de apoyo a Israel, aumentó su presencia en la región para intentar disuadir a otros actores a ingresar al conflicto, y también encabeza una coalición de países que busca impedir los ataques de los hutíes de Yemen desde el Mar Rojo, que afectan al borde sur de Israel y al comercio marítimo.

Pero la mayor hipótesis de conflicto no estaría en el sur de Israel, sino en el norte.

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Para el especialista en Medio Oriente, el hecho de que las ciudades del norte israelí hayan sido evacuadas disminuye los costos para Israel de una confrontación con Hezbollah, y que Gaza ahora sea «la primera zona de operaciones terrestres» y que el ritmo de lanzamiento de cohetes de Hamas «haya disminuido» libera los activos aéreos de Israel y sus capacidades de defensa aérea.

Esta semana, el ministro del gabinete de guerra israelí Benny Gantz dijo que «si el mundo y el gobierno libanés no quiere detener los disparos contra los asentamientos del norte (de Israel) y alejar a Hezbollah de la frontera, el Ejército israelí lo hará».

Para Cuadro, desde el punto de vista israelí, está siendo muy costoso sostener también abierto ese frente en su frontera norte, y agregó que ciertos sectores del Gobierno se está «impacientando».

Hokayem también mencionó como un factor a favor para Israel los «activos aéreos y navales de Estados Unidos» que están en la región y que se podrían ver involucrados en un conflicto.

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Pero en un escenario semejante, Hokayem avizoró un desenlace aún más crítico que el actual: «¿Alguien piensa que, dado lo dura que ha sido la lucha contra Hamas en Gaza, será fácil una operación contra una organización más grande, más competente y curtida en la batalla como Hezbollah, con un arsenal más sofisticado y una profundidad estratégica real?».

Además de los cálculos de Irán, países como Líbano y Siria enfrentan una conflictividad interna que también es un elemento de cálculo a la hora de definir una escalada o no del conflicto, al igual que para Estados Unidos, donde el presidente Joe Biden buscará revalidar su mandato en 2024.

Diez combatientes proiraníes muertos en ataques en el este de Siria

Diez combatientes proiraníes murieron este sábado y otros 30 resultaron heridos en ataques «probablemente estadounidenses» dirigidos contra varios lugares del este de Siria, en un contexto de recrudecimiento de ataques contra personal estadounidense en la región, afirmó una ONG.

«Diez combatientes proiraníes, entre ellos tres sirios, murieron y más de 30 resultaron heridos» en al menos nueve ataques aéreos «probablemente estadounidenses» contra posiciones militares en Bukamal y sus alrededores, en la provincia fronteriza de Deir Ezzor, anunció el Observatorio Sirio para la Defensa de los Derechos Humanos (OSDH) y replicó la agencia de noticias AFP.

Irán apoya a los grupos armados acusados por Estados Unidos de estar detrás de un aumento de los ataques contra sus fuerzas en Medio Oriente, en medio de la guerra en Gaza entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, apoyado por el «eje de la resistencia» del que forma parte Teherán.

También fueron atacados un cargamento de armas procedentes de Irak y un almacén de municiones y se produjeron grandes explosiones, agregó el OSDH, con sede en el Reino Unido, pero con una amplia red de fuentes en el país en guerra.

En paralelo, el movimiento islamista libanés Hezbollah, apoyado por Irán, anunció que cuatro de sus combatientes habían sido asesinados «en el camino hacia Jersusalén», término utilizado por el grupo para designar a sus miembros caídos desde el 7 de octubre.

Estos ataques se llevan a cabo en un contexto de crecientes acciones realizadas por parte de grupos proiraníes contra su ejército en Siria e Irak desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre.

Alrededor de 2.500 soldados estadounidenses se encuentran en Irak y 900 en Siria en el programa de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.

A mediados de noviembre, ocho combatientes afiliados a Irán murieron en ataques estadounidenses dirigidos a dos lugares de la misma provincia, según el OSDH.

Estados Unidos registró al menos 105 ataques contra sus objetivos en Siria e Irak desde mediados de octubre, según un líder militar estadounidense que solicitó el anonimato.

La mayoría fueron reivindicados por el grupo Resistencia Islámica en Irak, que denuncia el apoyo estadounidense a Israel.

El lunes pasado, murió al recibir un disparo de misil al sur de Damasco el general de brigada Razi Moussavi, un alto comandante de la Fuerza Quds, la rama de operaciones en el extranjero y unidad de élite de la Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico de la República Islámica de Irán,

Irán acusó del hecho a Israel, que no lo negó.

Israel prometió desmantelar a Hamas para evitar que vuelva a lanzar ataques como los del 7 de octubre, cuando milicianos del grupo infiltrados desde Gaza mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 240, incluyendo a una veintena de argentinos.

Al menos 21.600 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, murieron en bombardeos israelíes o combates en Gaza, según el último balance difundido por el Ministerio de Salud del enclave, controlado por Hamas.





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