Un grupo de sobrevivientes del ataque del grupo islamista palestino del 7 de octubre en Israel demandó hoy a las fuerzas de seguridad israelíes por 56 millones de dólares.
En la primera demanda civil de este tipo, 42 sobrevivientes heridos en la masacre de la rave Supernova demandó a las Fuerzas Armadas israelíes, al Shin Bet (fuerzas de seguridad) y a la Policía por «negligencia incomprensible», con el argumento de que el hecho podía haber sido prevenido con mucha antelación, y reclaman una indemnización de 56 millones de dólares.
Los demandantes alegan que todas las fuerzas de seguridad fallaron en sus deberes en varias instancias
«Una simple llamada telefónica de los oficiales de las fuerzas de seguridad a los responsables de la custodia de la fiesta para que dispersen inmediatamente en vista del peligro que acechaba habría salvado vidas y evitado las heridas físicas y mentales de cientos de asistentes a la fiesta, incluso a los heridos», dice la presentación judicial. «La negligencia y el craso error son increíbles», agrega el texto, citado por el diario The Times of Israel.
La demanda incluye la pérdida de ganancias, dolor y sufrimiento, la pérdida de los placeres de la vida, de futuras ganancias y gastos médicos.
El festival, que se desarrollaba cerca del kibbutz Re’im, fue uno de los lugares donde los milicianos de Hamas irrumpieron el 7 de octubre pasado, fecha en la que asesinaron a 1.200 personas, la mayoría civiles, y secuestraron a otros 240, entre los que se contaba una veintena de argentinos.
En respuesta, Israel prometió aniquilar a Hamas y comenzó operaciones terrestres y aéreas, con incesantes bombardeos sobre la franja de Gaza, que ya mataron a más de 22.000 personas, la mayoría menores y mujeres.
Los demandantes dijeron que vivieron violentas atrocidades, algunas personas fueron violadas y otras, quemadas vivas. Los sobrevivientes relataron que se ocultaron debajo de cadáveres y de refugios antiaéreos durante el ataque.
La demanda citaba informes posteriores a la masacre, que decían que oficiales jerárquicos de la División de Gaza expresaron su preocupación por la fiesta, y que el comandante de operaciones se opuso a que se celebrara.
También señalaba que el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, mantuvo consultas la noche anterior, e incluso envió un equipo de operaciones especiales a la frontera la noche anterior a la embestida.
Los sobrevivientes reclamaron que las fuerzas de seguridad no proporcionaron la custodia adecuada para el evento, ya que muchos soldados se encontraban fuera de servicio, y expresaron su incredulidad ante el hecho de que, pese al temor entre los funcionarios de seguridad de que pudiera estallar una jornada de enfrentamientos, no se diera ninguna orden inmediata de dispersar el acto.
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