La madre de Alexey Navalny afirmó que pudo ver el cuerpo de su hijo, fallecido la semana pasada en una cárcel del Ártico, pero denunció «chantajes» para enterrar «en secreto» a quien fue el principal opositor al presidente ruso Vladimir Putin.
«Me están chantajeando (…). Quieren que todo se haga en secreto, sin ceremonia, quieren llevarme al fondo de un cementerio, cerca de una tumba recién cavada, y decirme: ‘aquí yace tu hijo’. No estoy de acuerdo con eso», afirmó la mujer en un video publicado por sus allegados, según consignó la agencia de noticias AFP.
«Por Ley, deberían haberme entregado el cuerpo de Alexey inmediatamente, pero en lugar de eso me están chantajeando y poniendo condiciones sobre dónde y cómo debe ser enterrado», acusó.
Navalnaya reclamó públicamente a las autoridades que le entreguen el cadáver de su hijo, después de que varias personas del entorno del difunto opositor, entre ellas su viuda, hayan señalado que se trató de un «asesinato».
Las principales potencias occidentales, desde Estados Unidos, pasando por Alemania, España, Francia y el Reino Unido, lamentaron la muerte del opositor, de 47 años, y señalaron al Kremlin.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, calificó de «histeria» a la reacción de las potencias occidentales y señaló que «no tienen derecho a intervenir» en los «asuntos internos» de Rusia.
«Esa histeria por la muerte de Navalny, no quiero ni comentarla… Esas personas no tienen derecho a intervenir en nuestros asuntos internos», dijo en conferencia de prensa desde Río de Janeiro, donde participa de una reunión de ministros de Exteriores del G20.
Un opositor al gobierno de Putin
Navalny, abogado y bloguero, se consolidó a lo largo de 12 años como el detractor número uno de Putin y de su «partido de ladrones y estafadores», como solía describirlo.
Primero se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestaciones, en 2011 y 2012, que finalmente fueron reprimidas, y en 2013 quedó segundo en las elecciones municipales de Moscú, un logro que impulsó su visibilidad.
Acosado por las autoridades e ignorado por los medios de comunicación oficiales, construyó una notoriedad en Internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en video virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.
En enero de 2021 fue detenido al regresar a su país tras recuperarse en Alemania, donde fue hospitalizado tras ser víctima de un envenenamiento en Rusia que atribuyó a Putin, algo que el Kremlin negó.
Desde su arresto fue condenado a altas penas de cárcel tras ser acusado de «extremismo» y «fraude».
En agosto del año pasado fue condenado a 19 años de prisión y hasta mediados de diciembre estuvo detenido en una cárcel de máxima seguridad cerca de Moscú hasta que fue trasladado a Jarp, en el Ártico ruso.
El Servicio Penitenciario Federal ruso anunció el sábado pasado que el líder opositor murió tras «encontrarse mal durante un paseo».
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