Israel dio este lunes pasos para un posible ataque contra el grupo Hamas en una ciudad de la Franja de Gaza desbordada por desplazados, pese a temores de la ONU de una matanza de palestinos, mientras que el primer ministro palestino presentó su renuncia y abrió la puerta a una reforma del órgano de Gobierno autónomo que Estados Unidos espera se haga cargo de Gaza tras la guerra.
El secretario general de la ONU, António Guterres, alertó que la prevista ofensiva militar terrestre de Israel en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, sería la «sentencia de muerte» para los programas de ayuda humanitaria en el territorio palestino, poco después de que el Ejército israelí anunciara un plan de «evacuación» de los civiles.
La ofensiva contra Hamas en Rafah «no sólo sería aterradora para el más de 1 millón de civiles palestinos refugiados allí, sino que marcaría la sentencia de muerte para nuestros programas de ayuda», advirtió Guterres en la apertura de la 55ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.
Rafah, en el extremo sur de la Franja, junto a la frontera cerrada de Egipto, es el único acceso de la ayuda humanitaria, que sigue siendo «totalmente insuficiente» para el territorio, subrayó.
Around the world, violence is increasing.
We must not become numb to appalling & repeated violations of international humanitarian & human rights law.
Violations by one party don’t absolve the other from compliance.
All allegations demand urgent investigation & accountability. pic.twitter.com/5KRU4JJCaN
— António Guterres (@antonioguterres) February 26, 2024
La postura de Israel
Gran parte de la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, principal aliado de Israel, intenta disuadir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de entrar en Rafah, donde se hacinan, según la ONU, cerca de 1,5 millones de palestinos, más de la mitad de la población de la Franja de Gaza, casi todos ellos desplazados por meses de combates y bombardeos.
Pero el dirigente israelí defiende su operación terrestre en el que es, en su opinión, el «último bastión» de Hamas.
«Tiene que hacerse porque la victoria total es nuestro objetivo y la victoria total está al alcance», dijo el domingo en una entrevista con la cadena estadounidense CBS.
El Ejército israelí presentó este lunes «un plan para evacuar civiles de áreas de combate en la Franja de Gaza, junto con un plan operativo», según la oficina de Netanyahu.
No trascendió ninguna precisión sobre esta evacuación, pero Netanyahu dijo la víspera a CBS que había «lugar» para los civiles «en el norte de Rafah, en las zonas donde terminamos los combates».
Pero esos sectores siguen bajo bombardeos israelíes.
Varios ataques golpearon en la noche del domingo en Rafah, Khan Yunis, a pocos kilómetros al norte de Rafah, y el barrio de Zeitun de la norteña Ciudad de Gaza, informaron residentes y la agencia de noticias AFP.
El Ministerio de Salud de Gaza, donde Hamas gobierna desde 2007, anunció hoy que 92 palestinos murieron en esos bombardeos.
Over 4 months of fighting have displaced 85% of #Gaza’s population, nearly all of whom depend to some degree on @UNRWA distributed assistance.
Aid struggles to enter #GazaStrip due to security constraints & temporary closures at both crossings. The crisis is a man-made disaster. pic.twitter.com/Ht0NelqLPN
— UNRWA (@UNRWA) February 26, 2024
La guerra estalló el 7 de octubre cuando milicianos de Hamas infiltrados desde Gaza en el sur de Israel mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles. También secuestraron a unas 240 personas, incluyendo una veintena de argentinos.
Del total, unas 130 siguen retenidas en el enclave, según autoridades israelíes.
Israel prometió «aniquilar» a Hamas y lanzó una ofensiva militar contra el enclave que ya ha dejado 29.782 fallecidos, sobre todo mujeres y menores, y unos 70.000 heridos.
En Cisjordania, los otros territorios palestinos, donde la violencia se ha disparado desde el 7 de octubre, el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohammad Shtayyeh, presentó su dimisión y la de todos los ministros de su Gobierno al presidente Mahmud Abbas.
La dimisión allana el camino para una reforma de la ANP que era largamente reclamada por la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, que desea que ese órgano de gobierno autónomo gobierne en Gaza tras una eventual derrota de Hamas contra Israel.
Abbas, cuyas fuerzas fueron expulsadas de Gaza por Hamas en 2007, ha dejado claro que le gustaría que la ANP gobernara el enclave después de la guerra.
Sin embargo, es profundamente impopular entre los palestinos, y Netanyahu ha rechazado rotundamente la idea de poner a la ANP a cargo de Gaza.
Abbas, de 88 años, dijo que aceptaba las renuncias del gobierno de Shtayyeh, pero pidió al premier y a sus ministros que permanezcan interinamente en sus cargos hasta la formación de un nuevo gobierno, dijo la ANP en un comunicado.
Pero la medida indica la voluntad de los líderes palestinos respaldados por Occidente de aceptar una reorganización que podría dar paso a reformas buscadas por Estados Unidos, a medida que se intensifican negociaciones internacionales para lograr un alto el fuego en Gaza.
La ANP, creada en virtud de acuerdos de paz interinos entre israelíes y palestinos a principios de la década de 1990, administra partes de Cisjordania, los otros territorios palestinos, que están bajo ocupación de Israel.
La ANP está lastrada por la corrupción, según los propios palestinos, Estados Unidos y otros críticos.
«La próxima etapa y sus desafíos requieren nuevos acuerdos gubernamentales y políticos que tengan en cuenta la nueva realidad en la Franja de Gaza», dijo Shtayyeh en una reunión del Gabinete al presentar su renuncia.
Netanyahu quiere que Israel mantenga un control de seguridad indefinido en la Franja de Gaza después del conflicto con Hamas, con funcionarios palestinos a cargo de los asuntos civiles.
Los palestinos han rechazado ese papel limitado y buscan un Estado independiente en Cisjordania, Jerusalén este y Gaza, zonas capturadas por Israel en una guerra contra países árabes en 1967.
Se espera que Abbas elija a Mohammad Mustafa, presidente del Fondo de Inversión Palestina, como próximo primer ministro.
Mustafa es un economista educado en Estados Unidos que ocupó altos cargos en el Banco Mundial y en la ANP.
Sanitary conditions are unsustainable in the #GazaStrip📍@UNRWA shelters are severely overcrowded. Clean water is scarce. Solid waste is accumulating. Spread of diseases is on the rise.
The situation is catastrophic, but UNRWA teams continue working to provide critical aid. pic.twitter.com/oBaIEN16XH
— UNRWA (@UNRWA) February 25, 2024
El panorama en Gaza
La situación en la Franja de Gaza, en tanto, no deja de empeorar y 2,2 millones de personas, la inmensa mayoría de la población, se enfrentan a una «hambruna masiva», según la ONU.
Los bombardeos no cesan y la ayuda humanitaria entra con cuentagotas por el paso de Rafah, y depende del visto bueno de Israel, que impuso un asedio total en el enclave.
La oficina de Netanyahu indicó este lunes que el Ejército también había aprobado un plan de suministro de ayuda «que evitará saqueos».
Varios palestinos aseguraron a la AFP que se han visto obligados a comer hojas y forraje para ganado para sobrevivir, ya que los pocos convoyes que consiguen llegar al norte son saqueados por la población.
«Nos morimos de hambre», dijo el palestino Abdullah al Aqra, de 40 años, refugiado en el oeste de Ciudad de Gaza, tras haber huido del Beit Lahiya, más al norte.
En el plano diplomático, representantes de Egipto, Qatar, Estados Unidos y de Israel y Hamas reanudaron ayer negociaciones en Doha de cara a una tregua, a las que seguirán «reuniones en El Cairo», según el canal AlQahera News, cercano a los servicios de inteligencia egipcios.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseguró que, en una reunión en París, representantes israelíes, estadounidenses, egipcios y cataríes «llegaron a un entendimiento» sobre «los contornos básicos» de un acuerdo sobre rehenes para «un cese el fuego temporal».
Según una fuente de Hamas, el plan contiene una tregua de seis semanas y el canje de rehenes por presos palestinos, así como la entrada de una gran cantidad de ayuda humanitaria.
La guerra también avivó las tensiones en la frontera entre Israel y Líbano, donde se producen cruces de disparos diarios entre el Ejército israelí y el movimiento islamista libanés proiraní Hezbollah, aliado de Hamás.
Este lunes, el Ejército israelí bombardeó objetivos del grupo chiita en el este del país, mucho más en el interior del territorio, y mató a dos de sus combatientes.
Hezbollah anunció luego que lanzó 60 cohetes contra una base militar israelí en los Altos del Golán, una meseta del sur ocupada por Israel desde 1967.
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