El disidente ruso Oleg Orlov, uno de los fundadores y copresidente de una ONG que ganó el premio Nobel de la Paz en 2022, fue condenado este martes por un tribunal ruso a dos años y medio de cárcel por sus reiteradas críticas a la ofensiva en Ucrania.
Orlov, de 70 años, fundó Memorial, una organización que en 2022 recibió el premio Nobel de la Paz por su trabajo para preservar la memoria de la represión durante la era soviética y que fue disuelta por la justicia de Rusia.
«El tribunal decidió declarar a Orlov culpable y condenarlo a una pena de dos años y seis meses (…) en una colonia penitenciaria», anunció el juez al leer el veredicto, reportó la agencia de noticias AFP.
El activista había sido declarado culpable en primera instancia en octubre de 2023 por «desacreditar» al Ejército, por lo que fue condenado a una multa de 150.000 rublos (alrededor de 1.600 dólares), una pena ligera comparada con las sentencias habituales contra otros críticos del Gobierno del presidente ruso Vladimir Putin.
La justicia rusa decidió apelar a la sentencia y abrió un nuevo proceso contra el disidente.
Las autoridades iniciaron el proceso a raíz de un artículo publicado por Orlov en 2022 y en el que advertía que Rusia se encaminaba al fascismo
En este segundo intento, con una causa actualizada, el tribunal ordenó que Orlov pase 30 meses entre rejas, informó la agencia de noticias Interfax, citada por la agencia de noticias Europa Press.
Las autoridades iniciaron el proceso a raíz de un artículo publicado por Orlov en 2022 y en el que advertía que Rusia se encaminaba al fascismo.
El activista ha defendido su inocencia ante los jueces, alegando que no se puede procesar a nadie por expresar sus opiniones, sean o no críticas con las Fuerzas Armadas o el Gobierno.
Una vocera de la ONG Human Rights Watch (HRW), Tanya Lokshina, calificó al caso de «farsa kafkiana», e instó a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para lograr la liberación de Orlov y que Rusia rinda cuentas por sus «persistentes y atroces» violaciones de los derechos humanos, «antes de que sea demasiado tarde».
La relatora especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Rusia, Mariana Katzarova, ha denunciado la «politización» de la justicia por parte de las autoridades para silenciar a las voces disidentes, una tendencia que se intensificó a raíz del inicio de la ofensiva sobre Ucrania hace dos años.
También la Unión Europea pidió que se archivasen los cargos contra Orlov.
«Nada puede desacreditar más a este Ejército que sus propias acciones y comportamientos en Ucrania. Urgimos a Rusia a que cumpla su propia Constitución y retire los cargos», dijo el vocero de Relaciones Exteriores del bloque, Peter Stano, en un mensaje en redes sociales.
Tras la lectura del veredicto, Orlov, vestido con un fino suéter, le guiñó un ojo a su mujer Tatiana y le dijo: «Tania, me habías prometido», pidiéndole al parecer que no llorara.
Decenas de personas acudieron al tribunal para apoyar a Orlov, que era uno de los últimos críticos del Kremlin que estaba en libertad y que seguía en Rusia, ya que muchos se exiliaron.
Orlov denunció el lunes en su última intervención ante el tribunal «el estrangulamiento de la libertad» en Rusia y el envío de tropas a Ucrania.
«No me arrepiento de nada», aseguró.
También fustigó la muerte el 16 de febrero del opositor Alexey Navalny en una cárcel del Ártico, que calificó de «asesinato» y llamó a otros opositores a «no perder el coraje».
Orlov nunca quiso irse de Rusia.
«Soy más útil aquí», dijo a AFP en una entrevista concedida a mediados de febrero, en la que defendió que es «importante» que haya voces críticas que permanezcan en Rusia, pese a la sistemática represión.
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