
En su primera reacción tras la sesión de la Cámara de Diputados que volteó su veto a la emergencia en discapacidad, el presidente Javier Milei volvió a atacar al Congreso y a la oposición. En contraposición, agradeció esta vez a «los 83 héroes» que acompañaron su veto contra el aumento a los jubilados.
«Solo tienen una agenda legislativa: quebrar al Estado nacional», manifestó en su discurso en el Council of the Americas y consideró que las iniciativas opositoras avanzan porque estamos en un año electoral. «Es sorprendente escuchar de parte de estos honorables legisladores kirchneristas que su festival de gasto es para frenar la crueldad de este Gobierno”, insistió Milei.
En modo campaña, se entusiasmó con «la posibilidad de terminar definitivamente con el kirchnerismo» al tiempo que empezó a lanzar infundadas denuncias de un supuesto fraude en la elección bonaerense de septiembre.
Sobre lo que no habló fue sobre el escándalo que llevó a la salida de Diego Spagnuolo, Director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Su renuncia llegó luego de que se conocieran una serie de audios en los qu eda detalles de una dinámica de coimas pedidas a los laboratorios para garantizar contratos con el Estado. En ellos menciona a Lule Menem, a Karina Milei y al propio Presidente.
El largo y reiterativo discurso de Milei fue una perorata de campaña para las próximas elecciones legislativas y de satanización del peronismo, con la que fustigó al parlamento por el revés que en las últimas sesiones recibieron los vetos presidenciales a leyes que protegen a los sectores más postergados.
Dijo que “el Congreso está secuestrado por el kirchnerismo”, volvió a acusar a los diputados de “degenerados fiscales”, calificó de “héroes” a los 83 que respaldaron sus vetos y prometió que recién dentro de 22 la Argentina tendría una economía estable y sería «una potencia”.
El llamativo llamativo pronóstico del crecimiento económico del jefe de Estado fue explicado con el estilo que ya lo caracteriza: con números irreales y cálculos inexplicables.
Prometió que la Argentina crecerá al 6 por ciento anual y sostuvo que, si eso ocurriera, “en 12 años estaríamos duplicando el PBI. Pero si eso es así, en 22 años lo estaríamos multiplicando por cuatro y estaríamos en niveles propios de una potencia”. Ese futuro, agregó, “no está tan lejos, solo se trata de hacer las cosas bien y abrazar las ideas de la libertad”.
No obstante, el enojo del mandatario por el revés en el Congreso continuó y llegó al punto de criticar a los aliados que en su momento apoyaron las primeras medidas y legislaciones que le permitieron desguazar el Estado y sortear rendiciones de cuenta, como la Ley Bases y los presupuestos nacionales nunca votados.
“Nos aprobaban las cosas porque creían que iban a salir mal”, dijo en un claro gesto de ingratitud y maltrato hacia las bancadas opositoras aliadas al oficialismo.
“No es que nos apoyaron, que nos acompañaron y que no obstruyeron porque querían colaborar. En realidad lo hicieron porque creían que todo se iba a prender fuego, pero les salió mal porque las idea de la libertad funcionan”, los acusó el Presidente.
A pesar de esta crítica a propios y aliados, no hubo un tramo de sus 37 minutos de repetitivo discurso en los que Milei no haya responsabilizado de cualquier cosa a “los kukas”, al “riesgo kuka” o lisa y llanamente al “kirchnerismo”. Hasta los acusó de ser responsables de todas las desavenencias ideadas y cometidas por La Libertad Avanza (LLA) desde 2023.
Llamó “espectáculo macabro” a la sesión solicitada por Unión por la Patria (UP) para ratificar las leyes vetadas por el Poder Ejecutivo, y señaló a la oposición peronista de “querer quebrar al Estado nacional”.
Denominó a los kirchneristas como “paladines de la pobreza” y les endilgó la intención de “romper la economía” porque “no les importa arruinarle la vida a los argentinos de bien”. Es más, les atribuyó las características de “tener familiares y amigos viviendo del Estado, poner empleados públicos y hacer negocios ilegítimos con el Estado y las provincias”. Todos rasgos por los cuales está acusada la administración que él preside.
Además, Milei redobló su discurso de campaña y se metió de lleno en las elecciones bonaerenses del próximo mes con una infundada e insólita denuncia: “Van a intentar todo tipo de fraude, como el voto cadena, la urna embarazada y los punteros comprando los colegios, además el fraude moral de las candidaturas testimoniales”.
Luego cerró con un pronóstico y su ya clásica metáfora del macartismo: “Estamos en una pelea pareja. Si le ganamos en septiembre, porque en octubre les vamos a ganar, le estaríamos poniendo el último clavo en el cajón del kirchnerismo”.
Además, le envió un mensaje a la población para que quede claro una vez más que deberán hacer sacrificios porque los ajustes continuarán: “A la hora de crecer primero viene el esfuerzo, el ahorro, el sacrificio y luego los resultados”.


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