
Las principales paritarias del último trimestre del año se firmaron con aumentos de sueldos que estarán bien por debajo de la suba de la inflación. En promedio, los incrementos salariales de los gremios más grandes, que involucran al comercio, la industria, la construcción y los servicios, quedaron pautados en 1,3 por ciento para octubre, 1,6 por ciento para noviembre y 1,0 por ciento para diciembre. Los sindicatos más chicos y los trabajadores precarizados difícilmente logren mejorar esos registros, por lo cual la masa salarial volverá a achicarse en el final del segundo año de gobierno de Javier Milei.
La contracción de ingresos seguirá también para la mayoría de los jubilados. El 70 por ciento cobra el bono de refuerzo a sus haberes deprimidos, pero el Gobierno mantiene congelada esa ayuda en 70 mil pesos desde marzo de 2024, por lo cual todos los meses el aporte se diluye frente al alza de los precios. A esta altura, para conservar el poder adquisitivo que tenía entonces, el bono debería ser de 173 mil pesos, de acuerdo al cálculo del CEPA.
Por otra parte, la nueva convocatoria al Consejo del Salario Mínimo es recién para el 26 de este mes. En lo que va de la gestión libertaria, esos sueldos tuvieron una recomposición del 107 por ciento, mientras que la inflación alcanzó el 170 por ciento.
Con ese panorama para los ingresos, en un escenario de crisis de demanda, las perspectivas de recuperación de la economía encuentran un límite. El ancla salarial sigue llevando la actividad hacia el fondo del mar, mientras que la liberalización de tarifas y la aplicación de aumentos reprimidos antes de las elecciones mantienen a la inflación varios escalones por arriba.
Salarios
«Las principales paritarias cerraron con aumentos promedio del 1,3 por ciento en octubre, 1,6 en noviembre y 1,0 en diciembre, frente a una inflación que se mantiene en torno al 2 por ciento mensual», advierte un relevamiento de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). «El salario real se encuentra estancado o en caída desde febrero, y las perspectivas para
el último trimestre no son alentadoras», agrega.
Por lo pronto, la inflación en la Ciudad de Buenos Aires en octubre fue del 2,2 por ciento, mayor al 1,3 por ciento de suba de los ingresos en los principales gremios. El relevamiento de expectativas de mercado del Banco Central, a su vez, entregó una estimación del 2,2 por ciento para el IPC de ese mes a nivel nacional, en tanto que para noviembre proyectó 1,9 por ciento y para diciembre, 2,0, en todos los casos incrementos de precios superiores a lo que se acordó como recuperación salarial.
Por ejemplo, Empleados de Comercio cerró la paritaria con una suba del 1 por ciento mensual desde julio a diciembre, para totalizar 6 en el semestre, porque lo ajustes no son acumulativos. A eso se agrega una asignación no remunerativa de 40 mil pesos, que se integra al salario recién en enero.
Camioneros pactó 1,1 para octubre y luego 1,0 por ciento por mes desde noviembre a febrero, más una asignación extraordinaria de 840 mil pesos en cuatro cuotas a pagar desde enero de 2026.
En Construcción se aplicó un alza salarial del 1,3 por ciento en septiembre (la inflación fue del 2,1) y del 1,2 por ciento en octubre, en tanto que las partes tienen que sentarse a negociar por los meses siguientes.
UPCN firmó para trabajadores estatales 1,1 por ciento en octubre y otro 1,1 en noviembre. Trabajadores del Plástico acordó 1,2 para octubre, 1,1 para noviembre y 4,1 para diciembre. En Seguros se efectiviza la última actualización de entre 1,5 y 2,0 por ciento correspondiente a octubre para las distintas ramas de la actividad. En Vigiladores el aumento fue del 2,83 por ciento en octubre y quedan 0,56 en noviembre y 2,26 en diciembre. Los trabajadores vitivinícolas tendrán actualizaciones de 1,65 por ciento por mes de octubre a febrero.
La lista sigue con muchos otros gremios y el resultado es el mismo: los sueldos no solo no recuperan lo que ya perdieron en el gobierno de Milei, sino que para la última parte de 2025 mantienen la tendencia de pérdida de poder adquisitivo.
Actividad
La consecuencia directa de esa evolución de los ingresos es el estancamiento o la caída del consumo para la mayor parte de la población.
«La euforia que se vive en la esfera financiera» después de las elecciones, describe FIDE, «contrasta con la persistencia de tendencias
recesivas en la esfera productiva«. Es decir, la fiesta por el triunfo libertario en los comicios de hace dos semanas por ahora se restringe a la city porteña, mientras que en las fábricas, las rutas, los comercios y los hoteles, lo que manda es el ajuste y la preocupación por una economía que no arranca.
«Más allá de la deseable normalización de las condiciones
de crédito, después de la locura que evidenciaron las tasas de interés antes de las elecciones, no hay a la vista señales que permitan proyectar una
recomposición firme y difundida en los niveles de actividad«, insiste FIDE.
«La economía atraviesa una clara situación de insuficiencia de demanda -por caída en la masa salarial
y fuerte ajuste en el gasto público- con amplios sectores con elevada capacidad ociosa
y familias sobre endeudadas», diagnostica.
Frente a este escenario, concluye, «el Gobierno promete reformas
ofertistas -flexibilización laboral y rebaja de impuestos- que recurrentemente han
mostrado a lo largo de nuestra historia su ineficacia para reinsertar a la economía en un
sendero de crecimiento sostenible e inclusivo«.


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