Las opciones de Boca para ser el DT, entre la lógica de Ubeda y la posible chance de ir por Domínguez o Mohamed :: Olé

La duda la instaló el contexto de la eliminación de Boca del Torneo Clausura, pero también las propias palabras de Marcelo Delgado, uno de los responsables de tomar decisiones en Ezeiza junto al presidente Juan Román Riquelme. «Estamos evaluando», dijo una y otra vez el Chelo en la semana que siguió a la derrota contra Racing, esa que tuvo el condimento del cambio del Changuito Zeballos que hizo hablar a la Bombonera.

Claro, la evaluación no puso la situación del banco xeneize en un punto cero tal como sucede cuando hay algún despido o se abre formalmente la sucesión. No. En este caso particular, la continuidad de Claudio Ubeda está respaldada por su contrato vigente, y en él argumentaron durante toda la semana puertas adentro para ahuyentar los mismos fantasmas que la falta de claridad comunicacional instalaron.

Lo que en esta instancia genera una señal ambigua, sin embargo, tiene que ver con los tiempos. Es que con menos de tres semanas por delante hasta el inicio de la pretemporada, las chances de que se termine dando un cambio de cuerpo técnico se empiezan a diluir, aunque mientras no haya algún indicio más tampoco se puede ser concluyente.

Y en paralelo, la definición de algunos resultados también podría estar marcando que Boca esté esperando algo para resolver. Por caso, el final del año de Estudiantes -que se extendió con el título del sábado- y la chance de que Eduardo Domínguez sea un candidato.

¿Significa que el DT pincha está en carpeta? No necesariamente. Primero porque los indicios del pasado no lo ponen como una opción válida para los gustos de Riquelme, y segundo porque el renovado baño de gloria que se llevó de Santiago del Estero dejó la sensación de un ciclo con vida por delante.

Lo que sí es cierto es que el yerno de Carlos Bianchi (dato no menor) pica en punta entre los preferidos de la gente. Y si llegara a quedar libre en los próximos días, bien podría convertirse en un nombre que cierre en varios aspectos, aunque por ahora no pasa de ser una conjetura.

También lo es otro nombre que siempre sobrevuela y que -aún cotizado por otra reciente consagración- no dudaría en al menos atender el teléfono -si es que le suena- en México: Antonio Mohamed, quien más de una vez reveló su sueño pendiente de sentarse en el banco xeneize.

Y que a pesar de tener lista la firma de su renovación con Toluca, sabe también que el tren xeneize (así como hasta acá no le pasó nunca) pasará con suerte una sola vez por delante suyo.

La variante, que también surge de versiones que se deslizan internamente, es la incorporación al grupo de trabajo que comanda Ubeda (y que hoy completan Juvenal Rodríguez y el profe Adrián Gerónimo) de un nuevo integrante que podría salir de alguno de los entrenadores de inferiores o bien alguno que llegue desde afuera.

De los que pasan su día a día en Boca Predio, ya circularon los nombres de Blas Giunta (sería un aporte en busca de darle identidad xeneize al CT), Walter Pico (ya trabajó con la Primera en los últimos interinatos de Mariano Herrón) y hasta Pablo Ledesma, con su experiencia a cargo de la Sexta división a cuestas.

En ese sentido, la versión del nombre de Leandro Gracián quedó sustentada por su negativa intempestiva a firmar como DT de San Martín de Tucumán cuando la situación estaba arreglada y que -según deslizaron desde el Santo- se basó en una oferta para que el Tano vuelva a Boca, donde trabajó buena parte del ciclo Riquelme y hasta integró el cuerpo técnico de Hugo Ibarra, que fue campeón local en 2022.

¿Cuándo se resolverá el tema? No está claro, pero -con el panorama descripto- lo máximo que podría estirarse la incógnita es hasta el comienzo de la semana próxima, la de la Navidad. Ahí sí, que sin confirmación y a medida que se acerque el 2 de enero, la lógica decantará en que las charlas por los refuerzos y la planificación de los trabajos se esté consensuando entre los hombres fuertes de Ezeiza y Ubeda y su cuerpo técnico.