julio 27, 2024

zonas de interés de la filósofa Renata Salecl


Foto Eliana Obregn
Foto: Eliana Obregón.

Mientras transita entre presentaciones y recorridas su estadía en la Argentina tras haber sido seleccionada para la Residencia de Escritores que organiza el Malba, la filósofa y socióloga eslovena Renata Salecl se prepara para ser una de las figuras del Filba, donde retomará sus análisis sobre la subjetividad en la era de los algoritmos y la deriva post-pandemia: «Las personas perdieron lazos emocionales y al mismo tiempo surgió una especie de individualismo que abrió camino a nuevas formas de agresión», señala.

Esta no es la primera vez que la ensayista visita Argentina. El año pasado, en el marco de la Feria de Editores, presentó su último libro «Pasión por la ignorancia», donde analiza cómo la negación y la ignorancia juegan un papel fundamental en nuestra vida cotidiana, así como también en instancias como la pandemia y la guerra, además de explicar por qué a veces la angustia pareciera no encontrar tope. Sus libros fueron traducidos a quince idiomas y, en Argentina, Ediciones Godot ya publicó «Angustia», «El placer de la transgresión» y «La tiranía de la elección».

Por estos días, Salecl participa de la Residencia de Escritores que organiza el departamento de Literatura del Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), una iniciativa que ofrece a autores extranjeros la posibilidad de vivir cinco semanas en Buenos Aires, mientras que el próximo viernes a las 18.30 será parte del Festival de Literatura Internacional de Buenos Aires (Filba) con su presentación en un panel que bajo la consigna «El resquicio de lo humano» se interna en la cuestión de cómo los algoritmos y el mercado acechan la subjetividad.

Una intelectual consagrada

Nacida en 1962 en Eslovenia, Salecl es también investigadora y teórica jurídica. Trabaja en el Instituto de Criminología de la Facultad de Ljubljana y es profesora en el Birkbeck College de la Universidad de Londres. Todos los años da clases en la Facultad de Derecho Benjamin N. Cardozo en Nueva York sobre psicoanálisis y derecho y también dicta cursos sobre neurociencia.

La ensayista es polifacética y tira de un hilo hasta agotarlo en diversas reflexiones, todas igual de agudas. En «Pasión por la ignorancia» parte del concepto de ignorancia para hablar de nuestro vínculo con las redes sociales, con el sistema mediático, las redes sociales y las plataformas. También pone en relación la genética con las enfermedades, explica cómo la ignorancia puede ser una aliada en los vínculos amorosos y de qué manera aprendemos en la actualidad.

Foto Eliana Obregn
Foto: Eliana Obregón.

En esa obra cuenta además que su abuelo paterno fue asesinado en 1946 por el comunismo y este tema era tabú en su familia. Aún se desconoce el paradero del cuerpo y ella se presenta en el libro como la primera en lidiar con este trauma familiar, ya que sus padres (que ya fallecieron) tuvieron que ocuparse de sobrevivir y seguir adelante.

La historia resuena con lo que ocurrió en la Argentina durante la última dictadura militar en la que hubo desaparición forzada de personas, y donde muchas familias siguen buscando los huesos de sus seres queridos. «Estoy muy interesada en lo que ocurrió post dictadura y qué sucede con la memoria acá y en Chile. También me interesa el negacionismo, la ignorancia y cierta ceguera política sobre lo que pasó», señala Salecl a Télam.

«Estoy muy interesada en lo que ocurrió post dictadura y qué sucede con la memoria acá y en Chile. También me interesa el negacionismo, la ignorancia y cierta ceguera política sobre lo que pasó»Renata Salecl

-Télam: En tu libro «Pasión por la ignorancia» establecés que recolectamos más información de las redes sociales que del conocimiento científico o de profesores. ¿Por qué consideras que aprendemos de esta manera?
-Renata Salecl: Las redes sociales han cambiado nuestra relación con la información y con el conocimiento. Nos traen mucha información importante que de otra manera necesitaríamos mucho tiempo para buscar y muchas cosas están disponibles pero todas al mismo tiempo. En este nuevo espacio tenemos nuevas jerarquías entre las personas que tienen muchos seguidores, por ejemplo influencers o personas famosas que no necesariamente tienen conocimiento sobre algunos temas en particular. Vimos esto en la época de la pandemia. Hoy en día una opinión personal puede tener más valor que un tipo de conocimiento científico o datos que fueron probados en una comunidad por un largo tiempo.

A su vez, todo el tiempo estamos llamados a sacar nuestras propias conclusiones sin importar qué. Tenemos la impresión de que cada uno de nosotros es capaz de llegar a un nivel muy alto de entendimiento de algo, que es la razón por la cual llamé a este fenómeno la «ikeaización» de la sociedad. Hay muchas personas en mi país que actualmente no quieren vacunar a sus hijos, aunque científicamente fue probado por décadas que es útil, que es beneficioso para un individuo y para la comunidad para prevenir las enfermedades más comunes que atraviesan los chicos y chicas. Las personas que rechazan este tipo de conocimiento no son personas que no están educadas. Al contrario, son muy educadas pero tienen la impresión de que ellos necesitan llegar a la conclusión por ellos mismos, no se identifican con la ciencia. En esta sociedad individual, también tenemos actitudes muy individualistas hacia el conocimiento.

Foto Eliana Obregn
Foto: Eliana Obregón.

-¿Esta «pasión por la ignorancia» que da título a uno de sus libros se debe a una falta de curiosidad en la sociedad?
-En un punto podríamos decir que la curiosidad está funcionando distinto porque necesita cierto nivel de aburrimiento de las distracciones. Y hoy es muy difícil ser curioso durante un montón de tiempo porque tenemos tantas distracciones como en el pasado, cuando no teníamos internet y social media. En la infancia, el aburrimiento es esencial para la creatividad y para volver curiosos a los niños. Los niños necesitan aburrirse para hacer algo por ellos mismos. Si estamos todo el tiempo bajo la influencia de estos estímulos externos estamos constantemente cambiando la atención. Es un gran problema. Miramos una película y al mismo tiempo buscamos reseñas, después miramos Facebook y después de 15 minutos dejamos de mirar la película. También pasa cuando leemos libros, que de repente suena el teléfono, miramos los mensajes y captan rápido nuestra atención.

-¿Ahí es cuando se elige la ignorancia?
– En malos momentos cuando necesitas distanciarte de todo el ruido que viene hacia ti, especialmente de los medios. Además, si hay muchas noticias negativas, la ignorancia puede ser beneficiosa, entonces algunos se protegen mentalmente del trauma relacionado sobre situaciones muy negativas.

-¿Así ocurrió en la pandemia?
-La pandemia es un caso triste porque estamos tan metidos en la ignorancia hoy en día que no queremos pensar en la próxima potencial pandemia. Las sociedades no aprendieron nada sobre la pandemia, porque no hicimos nada en la cuestión global, sobre cómo vamos a ayudar a los países pobres. En mi libro «Humano virus» analizo el hecho de que sabíamos antes de la pandemia que esto iba a ocurrir y todos esos libros fueron olvidados completamente. Los Estados se comportan como si algo así no fuera a ocurrir.

-¿Se puede asemejar la pandemia a un trauma social?
– Sí, en algún punto, es un trauma social. En principio, un montón de personas perdieron a sus seres queridos y muchas personas todavía están sufriendo problemas de salud como Covid largo, problemas de salud mental (especialmente la juventud). Diría que la pandemia abrió una especie de caja de pandora de la sociedad de las desigualdades sociales y de las problemáticas del cambio climático. Muchas cuestiones están relacionadas con la posibilidad de que nuevos virus puedan emerger como resultado del cambio climático, como resultado también de la explotación de la Tierra para la minería, la agricultura y la ganadería. La siguiente pandemia puede ocurrir de un virus salte de un animal, a un animal doméstico y a humanos.

-En relación a los vínculos sociales, ¿cómo pensás que nos afectó la pandemia y cómo eso se combinaría con la utilización de las redes sociales, el uso excesivo del celular y la presencia constante en plataformas?
-Nos afecta muchísimo. Atravesamos un largo periodo de aislamiento y para algunas personas todavía hoy es difícil socializar. Nos volvimos mucho más solitarios luego de estos casi tres años de la pandemia y dos años de encierro interrumpidos. En el tejido social algo cambió, las personas perdieron lazos emocionales y al mismo tiempo surgió una especie de individualismo que abrió camino a nuevas formas de agresiones. Después de que se levantó la cuarentena, las personas querían llamar más la atención. Por ejemplo, estuve leyendo en los diarios que los conciertos hoy en día tienen más magnitud y no solo están gritando, tomando fotos y grabando sino que están empezando a tirarle cosas a los artistas. Una de las explicaciones es que una gran cantidad de personas están tomando sustancias o que hay un incremento en el nivel de narcisismo, que observo en el transporte público donde hay poca consideración de las personas.

-Hace dos semanas estás en Argentina. ¿Qué observaste hasta ahora?
-Encuentro muy interesante que muchas personas están fascinadas con la nueva versión de Trump, es decir Milei, por sus performances y sus discursos. Muchos pueden sentirse encantados. Entiendo la lógica, algunas personas están tan cansadas del statu quo, que quieren cualquier cambio aunque sea un caos. Creen que mediante un caos viene un «reset» de la sociedad. Entiendo también muy bien cómo las personas funcionan en tiempos de inflación porque en mi país natal, en la ex Yugoslavia, entre 1991 y 1980 tuvimos 200% de inflación por año y eso te enseña una lección importante sobre la fragilidad de la economía.

– Para la juventud argentina el sueño de la casa propia y la estabilidad económica parecen inalcanzables. ¿Sucedió así en tu país?
– Uno puede observar esto en Europa hoy en día. Las personas jóvenes no se imaginan más que habrá una chance de conseguir un empleo estable, o una relación estable, o comprar su propio departamento. Es por eso, que muchos están viviendo el momento consumiendo comida y bebida, gastando en ropa, saliendo como si no hubiera un mañana. Entonces todas las actitudes en pos de ahorrar para el futuro se volvieron inútiles.

«Necesitamos tener acceso al entendimiento de algoritmos porque somos ignorantes»

Tanto en «Humano virus», publicado por Ediciones Godot, como en «Pasión por la ignorancia» Renata Salecl trae a colación la pandemia y analiza cómo el virus caló profundo en todos las áreas de la sociedad, desde lo público hasta la intimidad de las relaciones afectivas, a la vez que discute el sistema de medios actual, el control social y la fuerte utilización de plataformas.

– Me gustaría preguntarte sobre la inteligencia artificial. ¿Pensás que es una contribución al sistema de medios?
– Creo que puede ser una contribución y una desventaja. Por ejemplo, puede alivianar la tarea tediosa de una manera responsable. Puede ser un problema para la manipulación de la opinión pública. Lo vimos previamente en las campañas de 2016 en el uso de Cambridge Analytica. Sabemos del marketing cómo se puede usar big data para manipularnos como consumidores. Situaciones similares pueden ocurrir en el dominio político. Entonces, podemos tener más conspiraciones y fake news. El otro problema es que big data y la inteligencia artificial están en manos de grandes empresas que no sabemos que tipo de información están recolectando.

-Hay una falta de regulación.
-Las plataformas como Facebook declaran que son independientes y que «solo son plataformas», que no están curando la información cuando sabemos que es así. Cuando hay un curador, hay una responsabilidad por la manera en que esa información está siendo seleccionada y hay responsabilidad sobre el contenido que dispersan. Los gobiernos tiene un lobby muy fuerte en contra de la regulación. Estados Unidos está detrás de Europa en las regulaciones. Pero mas del 90% de la información relacionada con la ciudadanía europea reside afuera de Europa, mayormente en América del Norte. Hay mucha data nuestra en la nube pero no tenemos la nube en nuestra jurisdicción.

-¿Cada país necesita su propia regulación?
– Se necesita una regulación global porque de otra manera las grandes empresas simplemente se mudarían hacia otro lugar donde no hay regulaciones, por ejemplo, a India o países africanos donde grandes caudales de información podrán almacenarse con el fin de evadir las legislaciones. Necesitamos romper estos monopolios y el Estado tiene que ser más fuerte en regularlos y nosotros, los ciudadanos, necesitamos tener acceso al entendimiento de algoritmos porque somos ignorantes de la información que constantemente le damos a las compañías y que después se utiliza en nuestra contra como consumidores pero también como ciudadanos políticos.

-¿Pensás que en este caso la ignorancia permite mayor control?
-Es una ignorancia sistémica que beneficia a las compañías. Muchas corporaciones disfrutan de tener ciudadanos ignorantes. Estamos constantemente dando nuestro consentimiento a todo tipo de cookies, o cuando descargamos una aplicación. Si fuéramos a leer la política de privacidad, pasaremos un año y medio simplemente leyendo. Entonces somos sometidos una decisión forzada. Es una cuestión similar a cómo cuando Lacan planteaba la situación de un ladrón cuando roba y dice: Tu vida o tu dinero. Es una elección forzada. Si elegís el dinero, perdés tu vida y no podes disfrutar tu dinero. Acá se elige la vida con aplicaciones o la vida sin aplicaciones, que es menos disfrutable hoy en día y puede ser muy difícil vivir sin esa posibilidad de conexiones que se ofrecen. Nuestra data es el nuevo oro.

-Hay una contradicción porque las plataformas y los diseñadores tienen un discurso de una «feliz experiencia del usuario» pero no se detienen a pensar cuál sería la manera de que las condiciones de Privacidad sean más amenas de leer…

-Sí, el ideal de la felicidad es algo de lo que soy muy crítica porque crea muchísima miseria.

– Me resultó interesante que en «Pasión por la ignorancia» eligieras el tópico del amor. Pareciera que todos los ámbitos sociales están tomadas por plataformas. ¿Qué pensás de las aplicaciones de citas y cómo afectan la manera de relacionarnos?
– Creo que es un gran cambio lo que ocurrió con las aplicaciones de citas. Para muchos, trajo muy buenas oportunidades para conocer nuevas personas pero para muchas otras creó nuevos tipos de ansiedades y nuevas formas de problemas de salud mental. En las aplicaciones de citas, uno tiene que estar preparado para experimentar todo tipo de rechazos, críticas y manipulaciones, uno tiene que tener la piel gruesa. También muchas personas están usando sus imágenes editadas y se presentan como no son y hay otras que utilizan la vulnerabilidad de las personas y van de un amante a otro porque sienten que hay una mejor opción a la vuelta de la esquina, por lo cual siento que crea una inhabilidad a la hora de comprometerse en un vínculo. Desde un punto de vista positivo, es una buena forma de conocer personas pero cuando se quiere tomar como algo serio, hay que tratar de entender que los algoritmos arrojan opciones de personas que son similares a vos. Quizás la atracción es hacia una persona que tiene diferentes habilidades o diferentes opiniones más que por una persona que es tu doble.





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