septiembre 7, 2024

La incertidumbre sobre la amnistía pone en riesgo la investidura de Sánchez


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Foto: AFP.

El líder del independentista Junts per Catalunya (Junts) en el exilio, el expresidente catalán Carles Puigdemont, tensó esta semana las negociaciones con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sobre la Ley de amnistía, que es la llave para destrabar la investidura como presidente del Gobierno del líder socialista Pedro Sánchez y, aunque de momento se trata sólo de una postergación, revitalizó el fantasma de un nuevo llamado a elecciones para enero, si no se designa a un mandatario antes del 27 de este mes.

Por lo pronto, la presentación ante el Congreso de Diputados de la Ley de Amnistía prevista para este sábado quedó postergada y, por ende, la convocatoria a un debate de investidura de Sánchez, que se daba como segura para el martes próximo, también se demorará.

«La amnistía es una cuestión problemática para una importante parte de la población, incluso entre los votantes del PSOE. Parece que Pedro Sánchez asume el desgaste personalmente»Alejandro Solís

El PSOE llegó esta semana a un acuerdo con los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) -en el Gobierno regional-, que comprende, por un lado, los términos de una Ley de amnistía para todos los ciudadanos procesados por el proceso independentista unilateral de 2017 y, además, el compromiso de que el Estado se hará cargo de una parte de la deuda de Cataluña, en un mecanismo que será extensible al resto de las comunidades autónomas.

Pero en la negociación que se realiza en Bruselas, donde reside Puigdemont, Junts trabó todo en la discusión del artículo que precisa a quiénes alcanza la amnistía que propondrá la norma, que de por sí se prevé que no tendrá un tránsito tranquilo por el Congreso de los Diputados, ya que no solo cuenta con la férrea oposición del conservador Partido Popular (PP) y la ultraderecha de Vox, sino que también genera turbulencias puertas adentro del PSOE, en particular con los dirigentes históricos, que tienen escaso poder interno, pero mantienen repercusión en la prensa, como es el caso del expresidente Felipe González.

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«La amnistía es una cuestión problemática para una importante parte de la población, incluso entre los votantes del PSOE. Parece que Pedro Sánchez asume el desgaste personalmente, asumiendo que valdrá la pena por lo que este nuevo Gobierno podrá conseguir, como ya ocurrió con los indultos, cuyos beneficios han superado a los costos», dijo a Télam el politólogo Alejandro Solís.

El especialista se refería así a los indultos parciales de 2021 a los líderes independentistas catalanes que fueron condenados a prisión por el intento de secesión de 2017, que conmutaron las penas de cárcel pero no las de inhabilitación. «Es la mejor decisión para Cataluña y España, y la más conforme con el espíritu de concordia y convivencia de la Constitución», dijo en ese momento Sánchez, al defender la medida.

Si ahora se llega finalmente a un acuerdo de amnistía, «el objetivo del PSOE sería alargar lo máximo posible el Gobierno, sacando adelante el mayor número de leyes posibles, especialmente las de carácter social, para dejar que el electorado pueda llegar a ver los beneficios a medio y largo plazo de esta amnistía, como ya ha ocurrido antes con la cuestión de Cataluña«, agregó Solís, que también tiene una maestría en Análisis Electoral.

«Puigdemont no es confiable… fue irresponsable antes, llevando a Cataluña a una situación límite en 2017, cuando siendo presidente de Cataluña optó por la unilateralidad y la ruptura de la legalidad»Jorge Resina

Y respecto de los argumentos de del PP y Vox, que hablan constantemente de «la ruptura de España», la apuesta es que estos pronósticos «caigan más pronto o más tarde en saco roto. Si llevan diciendo durante años que España se estaba rompiendo, y aún no lo ha hecho, ¿por qué iba a suceder ahora?», agregó el analista.

El caso es que Junts, fiel a su estilo, juega al límite para hacer valer sus seis votos en el Congreso, imprescindibles para una nueva investidura de Sánchez, en el poder desde 2018, quien si no llega a ser investido quedaría en una situación de fuerte debilidad.

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Pero si deja pasar esta oportunidad, Junts se estaría pegando un tiro en el pie, porque difícilmente en otra Legislatura vuelva a tener un poder tan determinante, y mucho menos si en esas elecciones llegara a ganar el PP.

El conservador Partido Popular, de Alberto Núñez Feijóo, ya había salido primero en los comicios de julio, pero al no conseguir los apoyos suficientes de otras formaciones para ser investido Presidente, abrió la vía a un nuevo Gobierno de izquierda.

«Puigdemont no es confiable… fue irresponsable antes, llevando a Cataluña a una situación límite en 2017, cuando siendo presidente de Cataluña optó por la unilateralidad y la ruptura de la legalidad. Y fue irresponsable después, no asumiendo su responsabilidad al autoexiliarse. No es un actor confiable porque para tener confianza en alguien hay que generarla», dijo a Télam el politólogo Jorge Resina, docente de la Universidad Complutense de Madrid.

Con este panorama, sin proyecto de ley de amnistía consumado, la Mesa del Congreso resolvió el viernes que hasta el 27 de noviembre, fecha tope para la investidura de Sánchez, de acuerdo a la Constitución, todos los días serán hábiles para la convocatoria del pleno del cuerpo, incluidos los sábados, domingos y feriados.

De esta forma, la presidenta socialista de la cámara, Francina Armengol, podría fijar la fecha del debate de investidura en cuestión de horas, sin necesidad de convocar a la Mesa del Congreso.

Nadie descarta nada, ni siquiera una investidura para la semana próxima, pero el horizonte de una nueva indefinición electoral sólo es una aspiración de Feijóo, que ve en eso una tabla de salvación para su poder dentro del armado conservador.

Aunque también sería una nueva deuda de la clase política con un electorado ya cansado de las crisis recurrentes.





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