Familiares de israelíes tomados como rehenes por el movimiento islamista palestino Hamas en su ataque del 7 de octubre discutieron este lunes en el Parlamento con un grupo de legisladores de ultraderecha por una ley que busca imponer la pena de muerte a milicianos palestinos.
Los familiares de algunos de los 240 rehenes tomados por Hamas, entre los que hay una veintena con nacionalidad argentina, le habían pedido a los legisladores que no celebraran la audiencia sobre la ley, porque les preocupa que tenga repercusiones para los secuestrados.
«Ya se los pedí la semana pasada y les supliqué que pararan. Les rogué que no sacaran ningún tipo de provecho de nosotros o de nuestro sufrimiento», manifestó entre lágrimas Gil Dickmann, cuya prima Carmel Gat es una de las rehenes que fueron llevadas por Hamas a Gaza, al Comité de Seguridad Nacional de la Knesset (Parlamento).
Por su parte, Tzvika Fogel, del partido de extrema derecha Otzma Yehudit y presidente del comité, dijo que cualquiera que tratara de frenar el proyecto de ley estaba «representando a Hamas», según recogió el diario Times of Israel.
En la audiencia, Fogel dijo que Israel no debería mantener a los «terroristas» de Hamas en prisión y consideró que el grupo está intentando manipular a los familiares de los rehenes para que se opongan a la legislación.
«Esto (ley sobre la pena de muerte) no contradice el objetivo de traer de vuelta a los rehenes, y cualquiera que trate de presentarlo como una contradicción es alguien que está tratando de representar a Hamas más que al Estado de Israel», aseguró.
Dickmann refutó la versión de Fogel y le rogó al ministro de Seguridad, Itamar Ben Gvir, líder de Otzma Yehudit, que no siga adelante con la ley.
«Estoy aquí en nombre de Carmel y para que siga viva. Por favor, elijan la vida y garanticen que vuelvan a casa con vida», señaló.
La audiencia se puso tensa y otro hombre, cuya mujer e hija fueron secuestradas por Hamas, le gritó a los legisladores.
«Dejen de hablar sobre matar árabes y empiecen a hablar sobre salvar judíos», les dijo.
El proyecto de ley que está siendo debatido establece que el castigo para un condenado por matar a un ciudadano israelí por motivaciones racistas u «hostilidad» hacia el pueblo israelí debe ser la pena de muerte.
Miles de personas lideradas por familiares de los rehenes marcharon el sábado por Jerusalén, después de haber salido días antes desde Tel Aviv, para exigir a las autoridades de Israel más esfuerzos para la liberación de los retenidos desde el 7 de octubre, cuando Hamas ingresó a territorio israelí y mató a más de 1.200 personas, la mayoría civiles.
En tanto, Qatar afirmó ayer que quedan puntos «muy menores» de cara a finalizar un acuerdo entre Israel y Hamas para la liberación de decenas de rehenes a cambio de un alto el fuego israelí en la Franja de Gaza.
«Los puntos pendientes de cara a un acuerdo son puramente prácticos y logísticos», dijo el primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, en conferencia de prensa en Doha junto al jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE) Josep Borrell.
Qatar medió para lograr la liberación de las únicas cuatro rehenes que han logrado salir de Gaza hasta hora -dos mujeres estadounidenses y dos israelíes-. Una quinta rehén, una soldado israelí, fue liberada por el Ejército de Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha opuesto hasta ahora a un alto el fuego en la Franja de Gaza hasta que no se libere a todos los rehenes.
Desde la incursión de Hamas, el Ejército israelí inició en represalia una serie de bombardeos y ataques terrestres en el enclave palestino que dejan hasta ahora más de 13.300 muertos, entre ellos unos 5.500 niños, según las autoridades de Salud de la Franja.
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