El líder de extrema derecha Geert Wilders, del Partido por la Libertad (PVV), inició este viernes el proceso formal para formar Gobierno en Países Bajos sumido en una durísima negociación por convencer a adversarios reticentes a verlo investido como primer ministro luego de su sorpresiva victoria en los comicios generales del miércoles pasado.
La estrategia que adopte el político y su formación es seguida con gran expectativa, ya que su victoria generó recelos más allá de las fronteras de los Países Bajos, recogió la agencia de noticias AFP.
Durante la campaña, Wilders matizó sus posturas contra la inmigración y contra el islam, que fueron su marca de identidad, y afirmó que hay «problemas más graves».
Pero su partido sigue defendiendo la prohibición de las mezquitas y del Corán y la organización de un referendo sobre la permanencia de Países Bajos en la Unión Europea (UE).
Los dirigentes de los partidos se encontrarán en el Parlamento para lanzar las negociaciones, un proceso complejo que en ocasiones ha durado meses.
Para gobernar de una forma estable, una coalición necesita 60 escaños del total de 170, pero el fragmentado panorama político en Países Bajos implica que en general se necesita agrupar a cuatro o incluso más partidos para lograr una investidura.
Wilders logró 37 bancas, según los resultados con casi la totalidad de los votos escrutados. Como primera minoría, le corresponde formar Gobierno.
Sus opciones más lógicas son acercarse primero al partido de agricultores BBB y al Nuevo Contrato Social (NSC) dirigido por Pieter Omtzigt, conocido por sus posiciones antinmigrantes y que ya expresó su disposición a negociar.
Esto genera interrogantes sobré cuál será la postura del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), la formación de centro-derecha del primer ministro saliente, Mark Rutte, que se quedó con sólo 24 legisladores, tras 13 años en el Gobierno.
Su actual líder, Dilan Yesilgoz, quien nació en Turquía, enfrenta un dilema, después de que su formación sufriera un resultado humillante esta semana.
Wilders ya señaló que está dispuesto a ceder en algunas de sus posturas más controvertidas.
«Cuando uno es primer ministro tiene un rol diferente que como líder de la oposición», afirmó.
Yesilgoz ya rompió un tabú al afirmar durante la campaña que Wilders podría estar incluido en su gabinete, si ella ganaba las elecciones.
Hasta ahora no se ha pronunciado sobre qué postura van a adoptar, pero Yesilgoz admitió que las elecciones crearon una «nueva realidad».
La pregunta que recorre a la dirigencia política neerlandesa es si Wilders puede ser el primer ministro después del historial de polémicas durante su trayectoria, que incluyen haber calificado de «escoria» a los marroquíes y azuzar a una multitud que entonó consignas pidiendo «menos» inmigrantes.
En las calles, la oposición a un Gobierno encabezado por Wilders crece y el jueves hubo protestas en Utrecht y en Ámsterdam. Además, varios líderes comunitarios musulmanes han expresado su miedo a un Gobierno de extrema derecha, mientras otros creen que merece una oportunidad.
El primer ministro en funciones, Mark Rutte, del PVV, anunció por su parte que no formará parte de la próxima coalición de Gobierno, aunque sí se mostró dispuesto a respaldar de manera externa una alianza conservadora, reseñó la agencia de noticias Europa Press.
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