¿Patricia Bullrich dio por terminada su sociedad con Mauricio Macri? Por estas horas, se multiplican los rumores de que su desembarco en el Ministerio de Seguridad no formó parte de una negociación más global del expresidente Mauricio Macri (que incluiría, por ejemplo, a Cristian Ritondo frente a Diputados) sino que fue algo que ella negoció a titulo personal. Las señales de que Macri no está contento con su eventual designación se siguen multiplicando e incluso un futuro encuentro entre Javier Milei y el exmandatario podría cambiar el curso de los nombramientos. Hace días que el expresidente y su excandidata no se dirigen la palabra. En tanto, Milei sumó suspenso y dijo que Bullrich todavía no aceptó el cargo. Pero ella se mostró con el futuro ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, como si hubieran comenzado a conversación la política coordinada de seguridad.
El anuncio de que Bullrich iría a Seguridad junto con la confirmación de Luis Caputo frente a Economía fue tomado como el comienzo de una eventual colonización del gabinete de Milei por parte de Macri. Pero los nombres se detuvieron allí. ¿Y si Macri no hubiera tenido que ver con la posibilidad de que Bullrich vaya a seguridad? ¿Y si fue una iniciativa individual de la todavía presidenta del PRO, pensando en cambiar de espacio político? Bullrich, está claro, no terminó nunca de tragar que Macri le restara apoyo después de las PASO y jugara a dos puntas con Milei. Quizás con su designación en Seguridad se está cobrando alguna factura al expresidente, cuyo esquema de desembarco parecía ser distinto.
No se hablan
«Hoy están más peleados que nunca con Mauricio. No se hablan hace días», confiesan cerca de la futura ministra. «El problema de Mauricio es que nunca se puede salir de su postura de dueño«, dicen. «Trata a todos como empleados», remarcan sobre la relación cortada.
Lo cierto es que, mientras se prolonga el misterio, Bullrich ya está trabajando en armar los equipos para volver al ministerio que dejó en 2019 y que dejó recuerdos bastante presentes como el asesinato de Rafael Nahuel, cuyos autores –cinco prefectos– fueron condenados este miércoles. No hay que olvidar que en ese momento el ministerio de Bullrich publicó un comunicado donde decía que los mapuches habían atacado con armas de fuego de pesado calibre a los prefectos. Es algo que el Poder Judicial desmintió y terminó condenando a los autores.
Bullrich, todo indica, se está sumando a la cantidad cada vez creciente de cuentapropistas del PRO que negocian con Milei, que incluyen por otro lado a la liga de gobernadores. Macri, en cambio, quiere tener una negociación más global, que tenga condiciones: una es que Ritondo ocupe la presidencia de la Cámara baja. Bullrich no ve con malos ojos esto, pero no está claro si estaría dispuesta a renunciar a su ministerio si Ritondo no es el elegido.
Milei, en tanto, sumó más misterio al misterio cuando le preguntaron por Bullrich. Dijo: «Me gustaría que acepte», con lo que dio la idea de que el desembarco no es un hecho ya consumado. «Se tiene que terminar de madurar en estos días», fue la frase del presidente
electo, quien ya no la acusa de poner bombas en jardines de infantes, sino que, por el contrario, la elogia: «Ha tenido una actividad
destacable en esa cartera. Si ella decidiera sumarse, sería un gran fichaje».
La relación actual de Milei con Bullrich es muy diferente a la que tiene
con Macri. «Macri no le termina de reconocer a Milei que ganó él.
Patricia tiene otra postura. Eso explica las diferencias», dicen en el
PRO.
Tanto condicional pone en duda que esté del todo cerrado el acuerdo. De hecho, una futura charla de Milei con Macri podría terminar de echar por tierra el sueño de Bullrich de dar el salto a otro espacio político y volver al Gobierno nacional.
Orden y disciplina
No obstante, una foto de Bullrich con el futuro ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, pareció apuntalar la posibilidad de que sea la encargada del área. Si bien no lo explicitaron, parecía un encuentro para que el representante nacional y el porteño en el área de seguridad se pusieran de acuerdo en políticas coordinadas, por ejemplo, para las manifestaciones callejeras. Wolff fue claro en el camino que piensan seguir: “La Argentina que viene necesita orden, reglas claras y trabajo en equipo. La jerarquía y el aporte de la experiencia de @PatoBullrich son sumamente valiosas para esta etapa que viene. De esto y muchas otras cuestiones conversamos hoy”, aseguró el dirigente.
En tanto, la relación de Bullrich con la Liga de Gobernadores es más vidriosa. La reunión del otro día fue un perder-perder para todos: los gobernadores no pudieron sacarse una foto con los legisladores, ni le demostraron a Milei que manejan el Congreso. El lugar de Bullrich en un futuro gabinete estuvo en el centro de las polémicas de ese encuentro. En el documento que firmaron los gobernadores fueron tajantes: «No cogobernamos». Pero dejaron abierta la posibilidad para que «es bueno que algunos dirigentes que quieran ayudar lo hagan». Fue una concesión a Bullrich, aunque dijeron luego que eso no los comprometía a nada.
Tras el encuentro, un dirigente cercano a Bullrich, Damián Arabia, dejó en claro el enojo de su sector con los gobernadores: «No sacamos ninguna foto, ni firmamos ningún comunicado», remarcó sobre el encuentro, en el que se habló muchas veces de unidad, pero que dejó «ruptura» pintado por todas partes.
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