La agrupación republicana Sinn Féin lidera por primera vez el Ejecutivo de Irlanda del Norte y tendrá el desafío de evitar un bloqueo de la principal fuerza probritánica, el Partido Democrático Unionista (DUP), en medio de las ya tensas relaciones políticas por el pasado de violencia, las consecuencias del Brexit y un posible intento de convocar a un referendo para la reunificación de Irlanda, tal como vaticinó la nueva jefa de esta región del Reino Unido.
Michelle O’Neill se convirtió el 3 de febrero pasado en la primera dirigente de Sinn Féin, brazo político de la disuelta guerrilla IRA (Ejército Republicano Irlandés), en quedar al frente del gobierno local y en una de sus primeras entrevistas contestó afirmativamente cuando fue preguntada sobre si pronosticaba un plebiscito por la unificación con la República de Irlanda.
«Creo que estamos en una década de oportunidades», dijo al canal Sky News y agregó: «Hay tantas cosas que cambian la antigua norma, la naturaleza del estado, el hecho de que un republicano nacionalista nunca hubiera sido primer ministro».
Pero la posibilidad de que pueda convocar a esta consulta no es tan clara, indicaron analistas.
«Creemos que se celebrará un referendo en torno al año 2030. Todos los indicadores, resultados electorales, cifras del censo y demografía en general sugieren que el punto de inflexión llegará en ese año», dijo a Télam Gerry Carlile, CEO de Ireland’s Future, una organización que promueve el debate sobre el estatus de la isla.
«Debemos prepararnos desde ahora para garantizar que se celebre un referendo en el cual los ciudadanos tengan conocimiento y puedan elegir qué gobierno será mejor para ellos. ¿El Gobierno británico en Londres o el Gobierno irlandés en Dublín?«, añadió.
Jonathan Tonge, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Liverpool y especializado en Irlanda del Norte, no comparte esa mirada: «Me sorprendería mucho que hubiera un referendo en la próxima década. Probablemente lo habrá en algún momento, pero no tan pronto».
«La única persona que puede convocarlo es el ministro para Irlanda del Norte, y sólo está obligado a hacerlo cuando parezca que la mayoría de Irlanda del Norte quiere una Irlanda unida. Queda mucho camino por recorrer», añadió en declaraciones a esta agencia.
El ministro para Irlanda del Norte es el funcionario designado por el Gobierno del Reino Unido con responsabilidad en esa región. El cargo está ocupado actualmente por Chris Heaton-Harris, un político del Partido Conservador que ya anticipó que actualmente «no se cumplen las condiciones» para llamar a la consulta.
Si bien el Sinn Féin es la fuerza que logró más escaños hace dos años en los comicios legislativos para el Parlamento de Stormont, en Belfast, lo que le permitió la semana pasada quedar al frente del Ejecutivo, esto no quiere decir necesariamente que haya una mayoría que votaría por una reunificación de la isla.
Más allá de si habrá o no un referendo, en lo inmediato quedará ver cómo será la convivencia cotidiana del Gobierno regional, que debe ser de un poder compartido según los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 que pusieron fin a tres décadas de violencia entre nacionalistas católicos y unionistas protestantes.
O’Neill, cuyo padre estuvo en la cárcel por su pertenencia al IRA, es la nueva ministra principal y como viceministra o número 2 fue designada Emma Little-Pengelly, del Partido Democrático Unionista (DUP), la formación probritánica más popular.
Esa fuerza fue la responsable de bloquear por dos años la formación del gobierno norirlandés ante el descontento con las disposiciones comerciales pactadas tras el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), al entender que esas medidas debilitan los vínculos con Londres y favorecía los lazos con la República de Irlanda, que se mantiene en el bloque.
Previamente, en 2017, fue el Sinn Féin el que se retiró del sistema de gobierno compartido: lo que empezó como un escándalo en torno a los planes de los unionistas para un incentivo de las energías renovables derivó en acusaciones cruzadas entre las agrupaciones y un colapso del Ejecutivo regional que se extendió por tres años.
«El Sinn Féin ha dicho que quiere que el poder compartido funcione en beneficio de todo el pueblo y O’Neill dijo que será una ministra principal para todos», analizó Carlile, sobre cómo piensa que será la dinámica de este nuevo gobierno.
«Es probable que las relaciones entre el Sinn Féin y el DUP vuelvan a tensarse pronto en el Gobierno de Irlanda del Norte», explicó por su parte Tonge.
«No preveo otro colapso, pero el poder compartido entre los nacionalistas del Sinn Féin y los unionistas del DUP sigue siendo crónicamente inestable», agregó.
Lo que ocurra en Irlanda del Norte también será visto con especial interés por los primeros ministros británico e irlandés, Rishi Sunak y Leo Varadkar, respectivamente, que el lunes pasado se reunieron en Belfast con O’Neill y celebraron el desbloqueo de las instituciones. Sunak señaló que se trata de «un día histórico» para el país y mostró su satisfacción por «los encuentros constructivos».
«Es muy buena noticia que las instituciones estén funcionando de nuevo», señaló Varadkar y afirmó que la cuestión de la reunificación «no es de actualidad».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con antepasados procedentes de Irlanda, también saludó la reactivación en Irlanda del Norte, y elogió a los líderes políticos «por dar los pasos necesarios para restaurar esas instituciones clave».
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