El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, afirmó este viernes que la situación en Gaza supone una «muestra atroz del estancamiento de las relaciones globales» y destacó que «nada puede justificar el castigo colectivo del pueblo palestino en la respuesta militar de Israel».
«El nivel de muerte y destrucción es espeluznante en sí mismo. La guerra también está desbordando las fronteras de la región y afectando al comercio mundial», señaló Guterres en un discurso ante los líderes mundiales que asisten a la Conferencia de Seguridad de Múnich (Alemania), en el que se refirió también a la guerra en Ucrania que ya lleva dos años.
Guterres, que recalcó que los «ataques terroristas» perpetrados el 7 de octubre por el movimiento islamista Hamas tampoco tienen justificación, señaló que si «los países cumplieran las obligaciones que les impone la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, todos los habitantes de la Tierra vivirían en paz y dignidad».
En su intervención, el secretario general de la ONU manifestó que «el problema es que los gobiernos hacen caso omiso de estos compromisos y millones de civiles están pagando un precio terrible, con cifras récord de personas obligadas a huir».
La guerra se desencadenó después de que milicianos de Hamas infiltrados en Israel desde Gaza mataran el 7 de octubre a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaran de rehenes a otras 240, incluyendo una veintena con nacionalidad argentina.
Israel respondió al ataque con una de las campañas militares más mortíferas y destructivas de la historia reciente, que ha dejado al menos 28.775 muertos y 68.552 heridos en Gaza, según el Ministerio de Salud local.
«He pedido reiteradamente la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y un alto el fuego humanitario. Esta es la única manera de aumentar masivamente la entrega de ayuda en Gaza. Esta debe ser la base para dar pasos concretos e irreversibles hacia una solución de dos Estados, basada en el Derecho Internacional y en las resoluciones de Naciones Unidas», puntualizó el jefe de la ONU.
Con la respuesta humanitaria «ahora con respiración asistida», advirtió que una ofensiva total sobre la ciudad de Rafah -el núcleo de la operación de ayuda humanitaria en Gaza, y donde ahora se refugia casi la mitad de la población- sería devastadora para los civiles.
Guterres también se refirió a la guerra desencadenada por la invasión rusa de Ucrania «en clara violación de la Carta de la ONU» y dijo que «no tiene cabida en la Europa del siglo XXI».
«Dos años después, el coste en vidas humanas y sufrimiento es espantoso y el impacto en la economía mundial es especialmente devastador para los países en desarrollo», recalcó.
«Necesitamos desesperadamente una paz justa y duradera para Ucrania, para Rusia y para el mundo. Una paz acorde con la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, que establece la obligación de respetar la integridad territorial de los Estados soberanos», declaró.
Guterres sostuvo que en todo el mundo se necesitan «esfuerzos concertados para reforzar las organizaciones regionales y para que las potencias mundiales presionen a las partes en guerra para que acudan a la mesa de paz y persigan sus objetivos mediante negociaciones».
«Nuestro mundo se enfrenta a retos existenciales, pero la comunidad mundial está más fragmentada y dividida que en ningún otro momento de los últimos 75 años», afirmó, subrayando la necesidad de «un orden mundial que funcione para todos».
«La multipolaridad ha creado importantes oportunidades para el equilibrio y la justicia, y para un nuevo liderazgo en la escena mundial. Pero una transición a la multipolaridad sin instituciones mundiales fuertes puede crear el caos», indicó.
«Hoy vemos cómo los países hacen lo que les da la gana sin rendir cuentas. La impunidad parece ser el nombre del juego. Por ello, todos debemos estar decididos a restablecer la primacía del estado de derecho», concluyó.
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